Fluxus
Fluxus propone acabar con el arte como lo conocemos. Fluxus plantea, como afirma Huyssen, una estética de la negación; niega el mercado del arte, niega la existencia del artista genio, busca eliminar los límites entre las diferentes disciplinas del arte.
Fluxus elimina la noción de que el arte se lleva a cabo mediante una disciplina rigurosa en manos de un individuo profesional. Según plantea Fluxus, cualquiera puede ser artista y todo puede ser arte. Por lo que este intentaba incorporar a sus obras hechos, acciones, objetos de la vida cotidiana, a modo de revalorizarlos para que podamos comprender que en cada una de esas cosas se esconde un hecho artístico.
De este modo, Fluxus también busca dejar de lado la necesidad de que el espectador sea un ser privilegiado que posea el conocimiento necesario para poder entender por completo una obra de arte, no debería hacer falta ser un gran conocedor de la cultura para poder hacer una interpretación y llegar al sentido profundo de una obra; como suele ocurrir en los circuitos culturales.
Las obras como las propone Fluxus ya no se tratan de representar una idea trascendente, no son llevadas a cabo de una manera específica por alguien con una habilidad o conocimiento en particular, ni buscan convertirse en algo con valor monetario para ser vendido en el mercado del arte. Si tiene finalidad alguna, es justamente evitar ser comprendido dentro de los parámetros del arte tradicionales que forman parte de la alta cultura.
Por parte de los espectadores, en las obras fluxus, se esperaba una reacción, esta podía ser de desconcierto, irritación o diversión, pero pasaba a incluirse en el proceso de producción. La obra está abierta a la actitud creativa del espectador frente al producto artístico. De forma opuesta a la alta cultura moderna, en la que todo es llevado a cabo y absorbido con seriedad, Fluxus propone que haya un goce y diversión, tanto por parte de los espectadores como de los ejecutantes.
Fluxus pretende que el público ponga atención y revalorice pequeñas acciones de la vida, que el público pueda, como afirmó Susan Sontag, oír más, ver más, sentir más. Y en este sentir más, poder dar cuenta de que en cualquiera de nuestras acciones cotidianas podemos encontrar arte. De este modo, fluxus buscó acercar al público a la noción de que todos pueden ser artistas, incluso claro, el público mismo.
El artista fluxus debe crear un puente entre la vida y el arte. Como mencioné anteriormente, Fluxus plantea que no es necesario ser un profesional, pretencioso, perteneciente al mercado del arte para ser un artista. Se busca dejar de lado la idea del artista elitista e indispensable, así como la obra compleja de apariencia intelectual que sólo puede ser comprendida por un espectador conocedor. El arte Fluxus debe mantenerse simple y quién lo produce debe divertirse. El artista no tiene un método, ni una finalidad específicas, pero sí entiende que los límites del arte van más allá de lo planteado por la alta cultura.
2. Fluxus no puede existir sin que se presente una paradoja. Para presentar sus obras, sus acciones encontradas, necesita de un artista que lo haga y lo presente ante un público. Para que la exploración de Fluxus tenga sentido, necesita de las fronteras artísticas que propone la alta cultura, necesita del contexto artístico estructurado para poder acabar con el. Como podemos ver en el caso de “One for Violin” de Nam June Paik, que en este video es interpretado por otro artista más actual, esta obra fluxus es planteada dentro de un marco artístico, en una escenario y con un público que está al tanto de que está por presenciar una obra. Podemos observar un público expectante que si bien podría responder de cualquier modo a la acción del artista, su primera respuesta es aplaudir como si hubiese terminado una pieza musical o una obra de teatro. Algo completamente diferente sería realizar estas acciones en cualquier otro contexto, en el que las acciones cotidianas que señala Fluxus muy probablemente pasarían inadvertidas por los espectadores, o por lo menos no serían tomadas como arte, sino sólo hechos. El mismo ejemplo podríamos poner con cualquier obra fluxus. Este se sirve del contexto artístico tradicional para poder existir y sólo es comprendido y valorado por personas que poseen cierto conocimiento al respecto y/o pertenecen al mismo medio.
Fluxus Performance, "One for Violin"
3. Si, como plantea Fluxus, encontramos arte en nuestra cotidianeidad, en objetos, en sonidos (ruidos) particulares, todo puede ser arte. Pero si todo puede ser arte entonces, ¿qué no lo es? ¿Cómo se podría nombrar algo como arte si todo alrededor tiene el mismo nombre? ¿El carácter artístico de algo dependería entonces del espectador o de la persona que lo señala? Podríamos pensar entonces, que la manera de que lo que propone Fluxus sea factible, sería considerando que todo puede ser arte pero no todo lo es. Podemos hacer una obra sonora sin necesidad de que sea música ejecutada por un profesional, seleccionando sonidos particulares que revaloricemos en cierto modo como en “Klavier Intégral” de Nam June Paik. Pero podríamos considerar que siempre depende del artista, fluxus o no, la carga de significado y el valor que se le otorga a una pieza o a una acción. Del mismo modo que cualquier persona deposita una carga emotiva, un recuerdo, un valor particular en un objeto, sonido, olor, etc. Así podríamos decir que sí, cualquiera puede ser artista, pero la obra de arte para ser considerada como tal debería permanecer en un contexto artístico que lo legitime y le de entidad. A menos que consideremos la conexión entre arte y vida que propone Fluxus desde un punto de vista más poético en el que no se trate ya de obras de arte legitimadas por un circuito cultural, sino de encontrar de manera personal arte en nuestras acciones cotidianas, arte en los lugares que habitamos y en nuestros objetos.
Nam June Paik, "Klavier Intégral".
4. Recorrido sonoro.
Mi habitar en el espacio con el que me encontré en esta cuarentena.
MONTAJES